Cuando hablamos de leyendas y guerreros siempre recordamos a nuestros héroes, a aquellos que nos hicieron vibrar, llorar, sufrir, emocionarnos; olvidarnos por instantes de las vicisitudes de nuestra cotidianeidad y voltear hacia los grandes logros o fracasos de aquellos personajes.
Por cuestiones estrictamente temporales no podré relatar mi emoción que me hubiera provocado una disputa en la arena del Coliseo Romano, pero sí aquellas que tantas veces sucedieron en el Ceasar´s Palace de las Vegas, cuando Julio César Chavez era conocido como el mejor púgil libra por libra. Aquellos combates contra Whitaker, Taylor, Camacho en fin.
JC fue mi primer gran ídolo en el deporte. Gracias a mi abuelo materno y a mi padre me metí a ver box desde los 9 años de edad y durante ese tiempo Julio se volvió un semidios para todo un país, era épico, glorioso, imposible no recordar su banda roja, el calentar la quijada y sobre todo, levantar el puño al fianl de los 12 rounds.
Hoy lo conocí en persona. Lo saludé y lo entrevisté, y a pesar de que por un segundo me pareció triste su aspecto, no dejo de reconcer que si está así es porque está librando su pelea más fuerte y que después de 11 asaltos tenía perdida. Como con Meldrick Taylor.
Todavía le quedan algunos segundos al
12vo. Round
